Esta es una tarta asombrosamente buena, realmente me sorprendió cuando la probé. No tiene ingredientes raros, pero no las tenía todas cuando la empecé a preparar. Supongo que aquel día tampoco estaba yo muy animada y eso influyó.

Tiene un sabor fantástico a sirope de arce que junto con las nueces hacen una pareja genial. Probadla, no os arrepentiréis.

Ingredientes:

400 gr. de masa quebrada (brisa) puede ser comprada

75 gr. de azúcar moreno (yo puse panela)

150 ml. de sirope de arce

75 gr. de mantequilla

1 cucharadita de extracto de vainilla

150 gr. de almendras en polvo

4 huevos batidos

200 gr. de nueces de macadamia troceadas (podemos guardar algunas enteras para decorar)

Preparación:

Precalentar el horno a 190º. Una vez tengamos la masa preparada, espolvorear un poco de harina en el molde y colocar la masa cubriendolo todo. Pinchar con un tenedor y cubrir con papel de aluminio o de hornear. Cocer en blanco, en ciego, tiene varios nombres, es decir, añadir encima del papel, garbanzos o judías secas, para que así no se formen burbujas, no se hinche a la hora de cocer. Hornearemos 15 min. de esta manera y pasado este tiempo, quitaremos las legumbres, el papel que cubría la masa y hornearemos otros 5 min. Sacar y reservar.

Bajar la temperatura del horno a 160º.

Poner el azúcar, el sirope de arce y la mantequilla en un cazo a fuego suave hasta que se derrita todo. Apartar del fuego y añadir el extracto de vainilla, los huevos y las almendras en polvo. Mezclar, añadir la mitad de las nueces de macadamia y verter la mezcla en la base de la tarta.

Echar el resto de las nueces por encima y adornar con las enteras. Hornear unos 25 min. Se tiene que formar una ligera corteza por encima aunque por dentro seguirá tierna. Dejar enfriar y servir con helado o con nata montada.