Natillas "Sueño de Maastricht"
Estas deliciosas natillas las he preparado gracias a Sónia de L'Exquisit, (no dudéis en pasar a visitarla, tiene recetas excelentes y ella es un sol, de verdad, es encantadora). Sabe que soy muy aficionada al té y me comentó que en Maastricht había uno que solo se podía encontrar allí, es muy apreciado por sus habitantes, incluso parece ser que son proveedores de la casa real holandesa, así que si lo quería probar, solo tenía que decírselo y así lo hice. En cuanto lo recibí lo primero que hice fue probarlo, es un té con flores de cártamo, aciano y girasol. Al abrir el paquete, me invadió un aroma dulce excepcional, con toques frutales y caramelos, toda una delicia que me dio una idea, aromatizar con él un postre. Y aquí tenemos el resultado, como habréis visto, le he llamado Sueño de Maastricht porque parece que ese es el nombre que le dan a este té (según el traductor de google pues de holandés no tengo ni idea ;-)) )

Ingredientes para 4:
6 yemas de huevo
50 gr. de almidón (se puede sustituir por maicena)
120 gr. de azúcar
1 litro de leche
4 cucharaditas de té (podemos hacer servir la infusión que más nos guste)
Preparación:
Primero infusionaremos el té, así que en un cazo a fuego suave, pondremos una tercera parte de la leche con 100 gr. de azúcar y el té. Dejaremos cocer unos 15 min. después, colar y dejamos enfriar.
En un vasito, poner la mitad de la leche que nos queda, añadir el almidón (o maicena) remover bien hasta su total disolución.
Por último, poner en otro cazo a fuego suave las yemas de huevo con la leche y el azúcar restante. Remover con una cuchara de madera, añadir la leche infusionada y la leche con almidón, remover constantemente hasta que espese y quede con la consistencia que nos guste. Dejar enfriar y para que no nos salga "piel", esa capa más dura por encima, podemos remover de vez en cuando hasta que se enfríe, o poner un film plástico en contacto con la crema. Una vez fría, ya se puede poner en la nevera.
A la hora de servir, repartir en los platos, decorar con una isla flotante, que no es más que clara montada a punto de nieve con un poco de azúcar y yo aprovechando las flores del té, las coloqué por encima.
Moltes gràcies Sonia, és boníssim.
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